domingo, 15 de enero de 2017

Huerta-granja la Brujera



El 28 de diciembre volví por la Huerta La Brujera decidido a seguir plantando cosas.

Utilicé una hoz para desbrozar y he enterrado semillas de acelgas y de espinacas. (No volvió a llover hasta el 26/01)
 
  No tengo mucha fe en estas siembras, pues sin un riego posterior puede que las semillas no tengan la humedad suficiente para germinar. De todas formas, si no nacen, pienso que las semillas permanecerán allí latentes y podrán germinar en cuanto vuelvan las lluvias.



Las rabanillas que plantó David el primer día han nacido todas y presentan mucho vigor. Están muy bonitas y habrá que clarearlas. 



A la vez que iba desbrozando, para no pisar los caracoles blanquillos los he ido metiendo en un cubo. 


  
Al final tenía un buen número de ellos y siguiendo la receta de mi madre los he cocinado.



   

El sabor era bueno, pero como no picaban nada le puse una guindilla cortada y eso los puso demasiado picantes, así que le tuve que rebajar el caldo con agua. No pienso cortar más una guindilla en mi vida.


 


Creo que la hierba predominante, la margarita, le trasmite algo de sabor al caracol. De todas formas, es bueno; mi hijo y Carmen lo pueden atestiguar.



La huerta la Brujera, además de producir vegetales, puede dar ricos caracoles blanquillos y burgaos, es una especie de granja al aire libre. Siendo fundamental mantener zonas siempre verdes. Podría mejorarles la dieta con siembra de especies más suculentas para ellos y que les de mejor sabor, como coles forrajeras. Tengo además que proporcionarles refugios para cuando lleguen los meses de más calor y lo más importante, que ya tenía claro de antemano; nada de utilizar pesticidas, pues ni quiero que se los coman los caracoles y los maten, ni quiero que pase al cuerpo de nadie el veneno químico que contienen.

Otra tarde estupenda, y muy nutritiva, proporcionada por "Huerta-Granja la Brujera".


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