El 28 de diciembre volví por la Huerta La Brujera decidido a
seguir plantando cosas.
Utilicé una hoz para desbrozar y he enterrado semillas de
acelgas y de espinacas. (No volvió a llover hasta el 26/01)
No tengo mucha fe en estas siembras, pues sin un riego
posterior puede que las semillas no tengan la humedad suficiente para germinar.
De todas formas, si no nacen, pienso que las semillas permanecerán allí
latentes y podrán germinar en cuanto vuelvan las lluvias.
Las rabanillas que plantó David el primer día han nacido
todas y presentan mucho vigor. Están muy bonitas y habrá que clarearlas.
Al final tenía un buen número de
ellos y siguiendo la receta de mi madre los he cocinado.
El sabor era bueno, pero como no picaban nada le puse una
guindilla cortada y eso los puso demasiado picantes, así que le tuve que
rebajar el caldo con agua. No pienso cortar más una guindilla en mi vida.
Creo que la hierba predominante, la margarita, le trasmite
algo de sabor al caracol. De todas formas, es bueno; mi hijo y Carmen lo
pueden atestiguar.
La
huerta la Brujera, además de producir vegetales, puede
dar ricos caracoles blanquillos y burgaos, es una especie de granja al aire
libre. Siendo fundamental mantener zonas siempre verdes. Podría
mejorarles la dieta con siembra de especies más suculentas para ellos y
que les de mejor
sabor, como coles forrajeras. Tengo además que proporcionarles refugios
para
cuando lleguen los meses de más calor y lo más importante, que ya tenía
claro
de antemano; nada de utilizar pesticidas, pues ni quiero que se los
coman los
caracoles y los maten, ni quiero que pase al cuerpo de nadie el veneno
químico
que contienen.
Otra tarde estupenda, y muy nutritiva, proporcionada por "Huerta-Granja la Brujera".
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