sábado, 24 de diciembre de 2016

LA HUERTA DA SU PRIMER FRUTO

El 17 de diciembre volvimos a la huerta La Brujera y estuvimos plantando habas y puerros y rúcula que tenía ya nacidos en casa, algunos ajos más también. Tengo dudas de cómo va a avanzar todo pues hace ya muchos días que no llueve nada y la tierra, aunque húmeda, ya se va secando.






Otra cosa que hice fue plantar dos almendros que tenía en mi casa nacidos de hace pocos días.



Mientras quitaba la hierba no paraba de encontrar caracoles y me puse a echarlos a un cubo. Al principio cogía tanto blanquillos como burgaos, pero al final los blanquillos los solté en el solar que hay junto a mi casa.


No tenía ni idea de cómo cocinar los burgaos, solo me acordaba que mis padres los lavaban con sal y vinagre, así que le di un par de estos lavados (Creo que esto de los lavados con sal y vinagre es algo así como una leyenda urbana, pienso que con un buen lavado solo con agua sería suficiente); luego busqué un video por Internet para ver alguna receta. La receta era muy fácil de hacer, solo necesité dos cebollas, un tomate, tres dientes de ajos, pimienta, unas guindillas, aceite, un poco de sal. 


Una vez lavados, hay que calentarlos en agua a fuego lento para que salgan todos. Daba un poco de lástima matarlos tan lentamente.
Luego los tienes 3-4 minutos hierviendo.


Los echas a la sartén con una buena cantidad de aceite, con las cebollas, la pimienta, la sal, y los dientes de ajos.


Cuando esté la cebolla pocha le añado el tomate, que antes lo había herbido un minuto para quitarle la piel y lo había cortado a trocitos.


Luego le añado un poco de guindilla y espero que el agua del tomate se evapore toda. 


En pocos minutos ya estaban listos unos caracoles burgaos riquísimos. Tanto mi hijo, como mi madre, como mi compañera los probaron y nos encantaron a todos, aunque supieron a poco porque no eran muchos. 



  La huerta la Brujera ya ha dado el primer producto, con un detalle importante: por ella sola, sin la necesidad de la mano del hombre, excepto para recolectar estos ricos caracoles burgaos.  

  

sábado, 10 de diciembre de 2016

LA HUERTA CRECE


La Huerta la Brujera crece y evoluciona.



 Hoy les he enseñado la huerta a Carmen y a David, que vino con su hijo y dos amigos más de éste; los niños alucinaron con los caracoles.



David se ha decidido a participar en la huerta, y eso es muy bueno. Ya somos tres, bueno contando con Juanjo, que seguro también querrá, cuatro.



Cosas que hemos hecho:



 Hemos quedado que la huerta tendrá unos pasillos por donde nos moveremos. El resto del terreno trataremos de no pisarlo nunca, de esa forma mantendremos el suelo suelto y ligero en muchas zonas, y pisado y duro solo en estas vías estrechas de acceso.



Las zonas con peor suelo las dejaremos sin cultivar para que las hierbas naturales no desaparezcan al completo. La biodiversidad es muy importante mantenerla, esto nos ayudará a controlar los enemigos naturales de lo cultivos, pues en estas zonas van a habitar muchos insectos y microoganimos depredadores de los que se quieran comer nuestras plantas.



Carmen ha trabajado duro, ha retirado mucha basura, sobre todo plásticos y alguna cubierta de bicicleta.



David, con un pequeño “amocafre”, ha hecho dos lomos donde ha sembrado a chorrillo rabanillas. 

Carmen y yo hemos plantado dientes de ajos. Los dientes los hemos enterrado en pequeñas parcelas cuadradas. Solo hemos cavado los hoyos y dentro hemos tirado los ajos. (Al principio me equivoqué y le dije a Carmen que pusiera los ajos con la punta para abajo, un fallo tonto, creo que así habremos sembrado una docena de ajos, hasta que me di cuenta de mi error y rectificamos).



 Mover la tierra poco es algo que queremos probar en este experimento de huerta. Junto a los dos lomos de rabanillas también hemos plantados ajos. Luego, allí donde hemos sembrado algo, lo hemos cubierto todo con plantas secas o segadas, intentamos así que el suelo se mantenga el mayor tiempo posible húmedo.



Creo que hacer lomos y bancales está bien, pero si te paras a pensar un poco; por todas partes están creciendo miles de plantas muy vigorosas sin bancales y en un suelo que no se labra. Por eso pienso que quizá mover la tierra sea una pérdida de tiempo, y además cansa.



A David le ha gustado mucho la huerta. Se ha sorprendido con la calidad del suelo, y más aún cuando ha visto que está lleno de lombrices.



A un vecino, que pasó por allí, le he invitado a que se sume al proyecto. No me ha dicho nada, ni sí ni no; me comentó que allí plantaba el "Zorrito", pero que el problema allí era el agua; yo le he dicho, para picarlo: “Es verdad que no hay agua pero ¿No seremos capaces de criar unos ajos?”



David me ha comentado varias veces lo importante que sería que un vecino quisiera vendernos agua, o intercambiarla por productos de la huerta. Yo le he dicho que lo intentaremos, pero que si no, la traeremos de la Fuente de los Caños a mano, e incluso no es una idea descabellada comprar una goma larga, y llenar bidones con agua de mi propia casa que está a 150 metros de la huerta.



Hoy 10 de diciembre Huerta la Brujera ha crecido, somos más y ya tiene en su tierra las semillas de los almendros, cebollas, rabanillas y dientes de ajos. Lo próximo que me planteo es sembrar habas y guisantes. Sé que vamos un poco tarde; dice el refrán: “El buen habero las siembra en tosanto y las cava en enero” pero ¿y si acertamos y logramos producir unas habas y uno guisantes estupendos?






jueves, 8 de diciembre de 2016

RECICLAR = ACOLCHADO

Una técnica muy importante para la permacultura es el acolchado. Con ello conseguimos proteger al suelo y a su agentes biológicos produciendo así una mayor fertilidad y menor necesidad de riego en la horticultura.

Este año en la empresa me hicieron un regalo que venía detro de una caja de cartón enorme. He transformado esta caja en un almacén en mi cocina para todo el papel que quiera reciclar. Lo podría llevar desde allí al contenedor de papel, pero he decido que iré cortado todos los papeles y cartones en trocitos pequeños y cuando esté lleno utilizaré esto como acolchado para la Huerta la Brujera.

Por una parte puede dar aspecto de basura o de suciedad, así que lo iré probando. Está claro que no deja de ser celulosa y puede desempeñar la misma función protectora en el suelo que las hojas de los árboles de los bosques.



08-12-16 

martes, 6 de diciembre de 2016

Comienza el experimento, sembrando almendras

Hoy día 6 de diciembre de 2016 empiezo el experimento.

Consiste en empezar a cultivar un huerto urbano.

Se trata de un solar que está en el barrio de la Brujera de Gerena. El solar perteneció a un vecino mío, pero yo no sabía que lo había vendido. Ayer le pedí permiso para que me dejara plantar cosas en él, y me dijo que hace años que se lo venció a un forastero para hacer una promoción pero, con el fin de la burbuja, nunca lo edificó.

Le he preguntado por el teléfono del propietario y me ha dicho que lo tendría que buscar, pero que no sabe dónde lo puso.

Hoy he estado por allí y he hecho unas fotos.

El solar tiene unos 400 m2, es muy irregular, pero tiene algo que da pistas de mucha fertilidad; mucha hierba, muchos caracoles.

Hay basuras, plásticos, hierros, alambres, ladrillos, piedras...
Caracoles viviendo por allí a montones; de los blanquillos y de los burgaos. He pensado, al principio, que pueden ser unos enemigos de las plantas, pero luego he recapacitado y, como pienso que la huerta sea de autoconsumo, puede también la huerta proporcionarme un alimento fabuloso: caracoles. Así que trataré de mimarlos desde el primer día. Tengo que construir refugios para ellos.  Me lo anotaré en mis tareas pendientes.

Por la tarde regresé, habré estado media hora larga. Me encontré al padre de mi amigo Clemente, se llama Juan y tiene 88 años! me he presentado como Felipe, el hijo de Felipe el de la Oreja y me ha reconocido. Le he explicado que quiero demostrar a todo el mundo una teoría: La tierra es muy generosa y nos da mucho alimento, y el pueblo está lleno de solares abandonados que podrían ser verdaderas despensas y además ocupar a mucha gente parada. Unos mil parados tiene mi pueblo. ¿Os imagináis todas estas personas cultivando la tierra?

Le he preguntado a este hombre sobre si conoce al dueño del solar, y tampoco me ha dado pistas. Así que he tomado una decisión, lo voy a ocupar, aún sabiendo que no es mío. Pero realmente la gente le da demasiado valor a la propiedad privada. Yo creo que las cosas son de quien las utiliza. Así que voy a intentar producir alimentos mediante agricultura natural en este solar. ¿Lo conseguiré?

Hoy he comenzado sembrando almendras. En la naturaleza lo mejor para producir alimentos es un bosque, en ningún sitio se produce tanta vida. He decidido enterrar puñados de almendras. Es un árbol autóctono que resiste muy bien a la sequía y tiene ventajas; es de hoja caduca, su sombra aparece con la calor y se pude injertar en muchas variedades de ciruelas, almendra dulce o albaricoque. (Damasco). Debería estudiar el poner algunas otras especies de árboles, pues para que algo se parezca a un bosque no puede haber una sola clase de árbol. Ahora mismo hay un olivo, que tiene, por cierto, una aceitunas preciosas y muy gordas. 
Me anoto como tarea pensar otras especies de árboles. He visto que el vecino tiene un naranjo y un mandarino precioso y delicioso. Así que algún cítrico no vendría mal. No quiero poner árboles de porte muy grande, pues el solar no es muy grade. Una curiosidad como he cavado algunos hoyos para enterrar las almendras me he dado cuenta que hay muchas lombrices. El suelo está en un equilibrio perfecto. La hierba, los caracoles, las lombrices... todo me hace indicar que sobre este solar abandonado puede florecer un bosque alimenticio precioso.

También, cortando algo de hierba, he sembrado a la izquierda del olivo, algunas cebollas con semillas. No sé si brotarán, pero si he tomado una decisión, dejaré zonas del solar sin hacerle nada, sin tocarle, para no alterar demasiado el hábitat natural, y dejar que los caracoles tengan sitios tranquilos.

La basura si he pensado irla retirando. Si cada día que vaya quito algo de basura, cada vez el solar de la Brujera tendrá menos contaminación. Otra cosa, hay una zona que es un agujero donde no podré cultivar, es oscuro y casi sin tierra; creo que ese sitio puede ser muy apropiado para hacer el refugio de los caracoles.

Sé que la gente cuando me vea pensará que he comprado el solar, pocas personas se podrán imaginar que realmente un edil como yo lo ha ocupado. Estoy pensando si no será mejor decirles a todos que lo he comprado, o que me lo ha prestado el dueño.

Como dice mi amigo Rafa: para ser feliz nos debemos decir a nosotros mismos siempre la verdad y a los demás, lo que quieran escuchar. ;-)